Sede del Grand Prix de Bélgica de la Fórmula 1 desde sus inicios en 1925, el circuito de carreras a motor SPA Francorchamps es una de las pistas más populares en el calendario F1. Lo impredecible de su clima, los espectaculares paisajes, y el estar en el corazón de la tradición europea de las carreras a motor son sólo unas pocas razones para la fama internacional de este circuito. Su trazado original atravesaba el sistema de caminos públicos que interconecta Francorchamps, Malmedy, y Stavelot. Fue el circuito de carreras más rápido (y más peligroso) de Europa por décadas, hasta el punto en que fue boicoteado por los pilotos F1 en 1969, quienes solicitaban grandes mejoras en lo relativo a la seguridad. En la actualidad, la pista es más segura, pero aún conserva su alto nivel de dificultad, requiriendo excelentes habilidades de parte de los conductores para poder sacarle el mayor provecho.
Algunas características resaltantes de esta pista de 7 km (la más larga de fórmula uno) son la combinación La Source-Eau Rouge-Raidillon, la curva Blanchimont, así como varios segmentos optimizados para pases entre vehículos. La Source es una curva cerrada que viene justo después de la línea inicial, y que lleva a los pilotos directamente a Eau Rouge, una curva a la izquierda con un cambio abrupto de altitud, y luego a Raidillon, una curva a la derecha donde la visibilidad queda comprometida hasta que se alcanza la cima de la colina. Después de otra curva a la izquierda en la cima viene el segmento recto más largo del circuito, la recta de Kemmel. En él los conductores pueden alcanzar altas velocidades, como también pueden hacerlo en Blanchimont, una larga curva hacia la izquierda que lleva a los conductores hasta la chicana final.