Daytona Beach es una ciudad de la Florida central, a medio camino entre Orlando y Jacksonville. Con una línea costera de 23 millas frente al Océano Atlántico, llena de playas de arena compactada y espacios abiertos, Daytona es un destino ideal para las actividades al aire libre. Pero para cualquier entusiasta de los deportes a motor, lo principal de la ciudad es el Daytona International Speedway, sede de la carrera de NASCAR Daytona 500 cada febrero desde 1959. La pista de carreras del Daytona International Speedway tiene un trazado de 12 curvas en el cual los vehículos pueden desarrollar velocidades de relámpago, con una velocidad promedio de 101 MPH que se dobla en las secciones más rápidas de la pista. La mayor parte atraviesa la pista de óvalo triple de NASCAR, que tiene 31° de peralte, a excepción de las curvas uno a las seis y de la 8 a la 11, que se encuentran encerradas dentro de la pista oval principal.
La primera curva del trazado de pista de carreras genera un descenso abrupto de la velocidad, desde aproximadamente 200 MPH a 70 MPH, seguido inmediatamente por un leve cambio de dirección con poco espacio para pasar en la curva dos. Luego viene la primera curva cerrada en la tres y un segmento de alta aceleración que sólo es interrumpido por The Kink en la curva cuatro. En esta curva a la izquierda de alta velocidad, suceden muchos accidentes cuando los pilotos subestiman la dificultad del sector. La segunda curva cerrada, la número cinco, nos lleva a la curva número seis, que es una transición hacia el área de la pista oval triple. Una vez de vuelta en la pista NASCAR, el viento juega un papel fundamental, como también la inclinación de 31° de la pista que obliga a los conductores de la parte superior a cubrir mayores distancias que los que van en la parte de abajo. Por último pero no menos importante, el otro segmento interno desde la curva ocho a la 11 llamado The Bus Stop (la parada de bus), es un combo de curvas angostas izquierda-derecha-derecha-izquierda, difícil de atravesar, donde incluso los errores más pequeños han probado ser muy costosos.