El Autódromo de Bedford es un circuito de carretera de última generación pavimentado en 2010, resultado de la visión del corredor británico de Fórmula 1 Jonathan Palmer, en un antiguo Establecimiento Real de Aviación en Thurleigh, a 16 kilómetros al norte de Bedford, Inglaterra. El clima en Bedfordshire tiende a ser húmedo y nublado, por lo que las carreras sobre la superficie de la pista mojada son habituales en este circuito. El complejo cuenta con varios trazados, entre los que destacan el Circuito GT y el Circuito Oeste. El Autódromo de Bedford no cuenta con barreras metálicas o de hormigón en ninguna parte de su trayectoria, sino sólo con amplias zonas de salida para permitir el espacio de frenado de los vehículos fuera de la pista. Esta particularidad de diseño significa que no puede haber público alrededor de la pista, por lo que el trazado sólo se utiliza para entrenamientos, pruebas y vueltas abiertas.
Hay 18 curvas en el Circuito GT de 6,11 km (3,8 millas) y diez en el Circuito Oeste de 2,89 km (1,8 millas). Una ganancia vertical de 8,83 metros a lo largo de la trayectoria y la combinación de segmentos rectos largos con curvas de ángulo cerrado se suman para crear un circuito desafiante en el que todo amante del automovilismo disfrutaría corriendo. La velocidad media en el Autódromo de Bedford es de 125 km/h, y la trayectoria altamente técnica de la pista limita las velocidades en favor de un mayor control y maniobrabilidad.
El Circuito Oeste de 2,89 km (1,8 millas) del Autódromo de Bedford también va en sentido contrario a las agujas del reloj, y comienza en la misma línea que el Circuito GT. El tiempo medio por vuelta para los vehículos de alto rendimiento es de 1:23,8, con una velocidad media de 77 mph (127 km/h). La trayectoria de este trazado sigue casi el mismo recorrido que el Circuito GT, pero se desvía hacia la izquierda en la recta entre las curvas 10 y 11.